El cliente de Jim, contratista de remoción de asbesto, se lesionó mientras realizaba su trabajo en una obra de la Autoridad Portuaria. Mientras trabajaba en una viga a más de cuatro metros y medio del suelo, se desprendió del arnés para pasar de una viga a otra. Al moverse, resbaló y cayó sobre los escombros. Sufrió una grave lesión en la cabeza. La Autoridad Portuaria denegó la reclamación, argumentando que la caída fue culpa del cliente de Jim.



Tras revisar miles de páginas de documentos de la Autoridad Portuaria, Jim descubrió que, tan solo dos días antes del accidente, la Autoridad Portuaria había retirado los cables que cruzaban el edificio. Estos cables formaban parte del sistema de protección contra caídas al que su cliente debía enganchar su arnés. Ante la falta de estos cables, Jim descubrió que la Autoridad Portuaria no proporcionaba ningún otro medio de protección contra caídas adecuado para los trabajadores de la obra. Esto significaba que, para desplazarse de un lugar a otro a gran altura, su cliente tenía que desengancharse de una viga y engancharse a otra, quedando expuesto a la caída entre enganches. Para demostrarlo, Jim contrató a un exinspector de OSHA y experto en seguridad en la construcción, quien describió esta peligrosa situación de protección contra caídas en el momento de la caída de nuestro cliente.

Poco antes de la selección del jurado, Jim pudo resolver el asunto por $950,000.